jueves, 20 de junio de 2013

GILSANGSA: DE CASA GISAENG A TEMPLO BUDISTA

¿Se os había pasado por la cabeza que una casa de mala reputación pudiera transformarse en un lugar de culto?

Lo cierto es que Corea y su historia no dejan de sorprenderme... Esta vez por las contradicciones que presenta la historia de su transformación.  ¿Cómo pudo un lugar de  entretenimiento, diversión y favores sexuales convertirse en un lugar la filosofía del cuál era la de llevar una vida recta y honrosa?. 
¿Que hizo cambiar de pensamiento a un escultor católico que inicialmente se negó a poner sus servicios a las órdenes del templo?

Sinceramente no tengo respuesta a esas preguntas pero lo cierto es que lo que se esconde tras dicha transformación es digno de las telenovelas coreanas: la imposible historia de amor entre el poeta norcoreano Baek Seok y la gisaeng Kim Young Han.

Ciertamente una historia complicada para la época. Los dos jóvenes se encontraron, se enamoraron y tuvieron una relación durante tres años que acabó cuando los padres del poeta descubrieron la verdad sobre la joven. Forzados a separarse, el joven poeta, para evitar un matrimonio concertado, le propuso a la hermosa gisaeng escapar con él a la Manchuria. Sin embargo ella rehusó para no causarle problemas y se mudó a la capital, partiendo finalmente él solo.









Con la independencia de Japón y la posterior guerra civil qué azotó el país, la pareja no volvió a verse pero aún así se dice que continuaron amándose. 
Con el paso de los años, ella llegó a convertirse en la exitosa propietaria de uno de los tres yojeong (lugar de reunión para el entretenimiento, accesible sólo a hombres poderosos) más famosos en la época de los 60-70.

Antes de morir en 1999, la que antaño fuera gisaeng leyó el libro titulado "Desposesión" y decidió donar el total de sus propiedades, valoradas en 100 billones de won, al autor de ese libro para que construyera un templo budista. El escritor de la obra, el monje budista Beopjeong que inicialmente se negó a la idea por la reputación del lugar, finalmente accedió a la construcción del edificio religioso otorgando a Kim Young Han el nombre budista Gilsanghwa.
Una vez erigido el templo el venerable monje pidió al artista Choi Jong Tae, escultor de la catedral de Myeongdong, que hiciera una estatua en honor a la benefactora del templo.
El escultor, profeso de la fe católica, se negó por motivos religiosos pero finalmente, y al igual que el venerable monje Beokjeong, acabó cediendo y esculpió la estatua que adjunto a la izquierda.
A día de hoy, el templo budista Gilsangsa se ha convertido en un referente para todos aquellos que quieran practicar la meditación o experimentar el denominado "TempleStay" en Corea del Sur.
¿Quién lo iba a decir...!

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